El Departamento de Turismo en Maldonado, donde se encuentra Punta del Este, hizo una insólita propuesta al gobierno de Luis Lacalle Pou para que se exija pulsera electrónica, «al estilo de las tobilleras», a los argentinos que viajen a Uruguay este verano.
En una reunión con el viceministro de Turismo, Remo Monzeglio, el director departamental de Maldonado, Luis Borsari, propuso esa idea para tener un mayor control sobre los visitantes en momentos en que las fronteras están cerradas para los no residentes, al tiempo que planteó la posibilidad de que puedan entrar al país también los propietarios que no tengan residencia en el país vecino, algo que hasta ahora no puede suceder.
Además del turismo interno, Borsari espera recibir un núcleo importante de uruguayos residentes en el exterior (unos 200.000 suelen ir a veranear) y a extranjeros con propiedad en el departamento y residencia: «A ellos les tendría que pasar algo muy grave para faltar en la temporada», dijo, según el diario El País.
El Departamento de Turismo en Maldonado, donde se encuentra Punta del Este, hizo una insólita propuesta al gobierno de Luis Lacalle Pou para que se exija pulsera electrónica, «al estilo de las tobilleras», a los argentinos que viajen a Uruguay este verano.
En una reunión con el viceministro de Turismo, Remo Monzeglio, el director departamental de Maldonado, Luis Borsari, propuso esa idea para tener un mayor control sobre los visitantes en momentos en que las fronteras están cerradas para los no residentes, al tiempo que planteó la posibilidad de que puedan entrar al país también los propietarios que no tengan residencia en el país vecino, algo que hasta ahora no puede suceder.
Además del turismo interno, Borsari espera recibir un núcleo importante de uruguayos residentes en el exterior (unos 200.000 suelen ir a veranear) y a extranjeros con propiedad en el departamento y residencia: «A ellos les tendría que pasar algo muy grave para faltar en la temporada», dijo, según el diario El País.
Turismo en pandemia
La cuestión del turismo extranjero fue objeto esta semana de varias reuniones del gobierno nacional con los representantes del sector, dado que Uruguay el destino elegido anualmente por más de tres millones de extranjeros, que ingresan unos 1800 millones de dólares al país -representando el 8% del PBI- y generan 127.000 puestos de trabajo.
Sin embargo, con 3082 casos y 58 muertes, Uruguay es uno de los países que mejor ha gestionado la pandemia de coronavirus en el mundo y la llegada de turistas extranjeros podría poner en riesgo ese logro.
Andrés Castellano, presidente de la Asociación Turística de Colonia, y Cristina Otero, directora de Turismo de esa intendencia, también sugirieron que debería abrirse el puerto de Colonia «para así mejorar la logística que motivaría a venir aquellos argentinos propietarios con residencia -que están habilitados a ingresar- y también permitirles entrar a los que aún no tienen la residencia».
Otero dijo que en los últimos días se reforzó el control para que los argentinos cumplan la cuarentena y además -aportó Castellano- otro sondeo indicó que hay interés argentino en cruzar a la otra orilla, concretar inversiones como la compra de propiedades e incluso experimentar una residencia de mediano plazo.
En Maldonado se piensa parecido. La invasión de turistas argentinos que tradicionalmente ocurre luego de Navidad «es impensable», pronostican los operadores. Y esto, en parte, no es solo por culpa de la pandemia y las fronteras cerradas. «La diferencia cambiaria con la Argentina iba a impedir de todas formas que llegara masivamente la clase media, que es la que realmente mueve la aguja. Pero no sería un obstáculo para los bolsillos más holgados», opina Javier Sena, presidente de la Cámara Inmobiliaria Punta del Este-Maldonado.
Por el momento cerca de un 40% de la hotelería uruguaya ya abrió sus puertas, pero la proyección es incierta, ya que el 75% de la ocupación depende de los extranjeros y compite contra los alquileres que tienen un status casi de «parahotelería».
Sena, desde la cámara inmobiliaria, consideró que el turismo interno compensará entre el 25% y 30% de las divisas que dejan los extranjeros en el balneario, «porque por más que los precios se ajusten están pensados para otros bolsillos». Por eso propuso que se replantee el ingreso de los extranjeros que tienen propiedad.
Fuente La Nación






