El país espera 139 escalas de cruceros entre Montevideo y Punta del Este, pero el sector privado advierte que la región debe adaptarse a las nuevas exigencias de la industria.
La temporada de cruceros 2025–2026 fue lanzada este lunes por el Ministerio de Turismo (Mintur), la Administración Nacional de Puertos (ANP) y la Intendencia de Montevideo (IM), en un escenario marcado por una caída del 10% en el arribo de buques respecto al año pasado.
El descenso de la llegada de cruceros, según autoridades y operadores, está directamente asociado al alto costo del peaje en la hidrovía hacia Buenos Aires, un punto ineludible para la mayoría de las rutas que llegan al país.
Durante la presentación, el ministro del Mintur, Pablo Menoni, resaltó el compromiso del gobierno en seguir profundizando la coordinación institucional: «Estamos haciendo una apuesta fuerte a la articulación público-público, pero también a la articulación público-privado». Además, sostuvo que el objetivo es facilitar el arribo de cruceros, aumentar la permanencia de las embarcaciones y promover el retorno de visitantes, y recordó que la actividad generó en el último año «más de 14 millones de dólares», cifra que evidencia su peso económico y su aporte al empleo.
Según las cifras oficiales divulgadas en el acto, el Puerto de Montevideo recibirá unos 100 cruceros durante la temporada, además de 35 escalas técnicas. Punta del Este, por su parte, sumará 39 buques turísticos, en una agenda dominada nuevamente por MSC y Costa Cruceros.
Si bien Uruguay se mantiene como destino relevante del Atlántico Sur, el flujo de buques continúa en retroceso. Desde el gobierno explican que la principal razón es el elevado costo del peaje para circular por la hidrovía hacia Buenos Aires. Menoni señaló que ha mantenido conversaciones con el secretario de Turismo y Ambiente de la Argentina, Daniel Scioli, y expresó esperanza en una mejora futura: «Se espera que a partir de la adjudicación de una licitación de esa hidrovía, esos costos puedan bajar y así recuperar en un medio plazo la cantidad de embarcaciones que llegaron en años anteriores».
El Menoni insistió en que Uruguay debe garantizar condiciones atractivas para el turismo de cruceros: «Es importantísimo profesionalizar el sector (…) cuando los cruceristas llegan, que encuentren los museos abiertos, que encuentren condiciones dignas de hacer turismo. Para eso hemos coordinado con el Ministerio del Interior (MI) también cuestiones de seguridad».
ANP: impacto para el puerto y para la ciudad
El presidente de la ANP, Pablo Genta, destacó el valor estratégico del segmento y señaló que el turismo de cruceros dinamiza la actividad portuaria y también impulsa la revitalización de zonas de la capital que reciben a los visitantes. La temporada comenzó en octubre y se extenderá hasta marzo, con 139 arribos previstos entre Montevideo y Punta del Este, combinando escalas turísticas y técnicas.
Desde el sector privado, la preocupación es abierta. El representante de Costa Cruceros, Carlos Pera, advirtió que la reducción en la llegada de buques «se viene anunciando desde octubre» y que para revertirla «se requieren acciones a nivel regional».
Frente a la intención de las autoridades de mantener el número de turistas aunque vengan menos barcos, Pera fue categórico: «Para eso hay que aumentar la capacidad de los barcos». También reclamó habilitar tecnologías más limpias: «Hay que darles la capacidad de que puedan utilizar otro tipo de combustibles como el Gas Natural Licuado (GNL)«.
Pero hoy la región no ofrece esa posibilidad: «No hay ningún puerto en Sudamérica que pueda abastecer a este tipo de barcos tan grandes, por eso los barcos que pueden venir a Sudamérica son los que utilizan los combustibles tradicionales», explicó.
Un problema de costos que golpea a la región
Pera fue especialmente enfático al describir los costos en la región: «Son realmente abrumadores lo que le cobran a los cruceros en Argentina, lo mismo ocurre en Santos y Río de Janeiro (Brasil)». Y ejemplificó con cifras concretas: «Cada llegada de un crucero a Buenos Aires cuesta 660.000 dólares y la llegada de ese mismo crucero a Uruguay cuesta 120.000 dólares».
El ejecutivo incluso comparó: «Es más caro que Barcelona y es más caro que Dubái«. También señaló que la principal competencia para esta región se encuentra hoy en el Caribe, particularmente en República Dominicana.
Fuente Ámbito
